LA PREPARACIÓN FÍSICA DEL REMERO

Es de sobra conocida la excepcional preparación física que le es exigida al remero(a) para poder tomar parte en la competición remera. Desde los meses de invierno (comenzando en otoño) hasta el final de verano, el remero(a) debe afrontar una disciplina y esfuerzo que pocos deportes exigen.

Ejercicio aeróbico. En lo que a la preparación física se refiere, el remo es un deporte que requiere un gran desarrollo de la capacidad aeróbica, principalmente, así como de la anaeróbica, con el fin de potenciar notablemente el sistema cardiovascular.

Comienzo en invierno. Habitualmente la temporada del remero(a) tiene comienzo hacia noviembre, habiendo finalizado la anterior en septiembre u octubre, y descansando (un descanso activo) alrededor de un mes entre ambas. En las primeras semanas de entrenamiento se trabaja la capacidad aeróbica, con el fin de lograr una buena preparación de base, y, posteriormente, se van incluyendo sesiones de predominancia anaeróbica. Esta primera fase se lleva a cabo en tierra, por medio de carrera de fondo, para el fin de semana realizar sesiones de remo, también para mejorar la resistencia. Simultáneamente, en el gimnasio se trabajan la resistencia muscular y la fuerza, utilizando para ello aparatos de pesas.

Excelente para los jóvenes. El remo es una actividad que puede resultar muy atractiva para los chicos y chicas a partir de los doce o trece años, así como de gran provecho. Desarrolla el sentido del equilibrio, dado lo inestable de las embarcaciones (sobre todo las de remo olímpico); la coordinación, pues se utilizan todas las partes del cuerpo; la capacidad cardiovascular, realizado a intensidad moderada; así como el trabajo en equipo, pues exige la compenetración con los compañeros al realizar el ejercicio remero.

Hay que recordar las palabras dedicadas al deporte del remo por el Barón Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos: "Nadie se atrevería a negar al ´rowing´ sus cualidades superiores desde el punto vista mecánico e higiénico. Todos proclaman voluntariamente que se trata del más bello de los deportes, tanto por el placer de practicarlo como por sus efectos beneficiosos. Pero esta calificación podría ser sentimental. En este caso no ocurre nada de eso. El remero que utiliza embarcaciones perfeccionadas gracias a los progresos de la ciencia moderna, practica -dentro de las condiciones más favorables para sus pulmones- la gimnasia más completa que pueda uno imaginarse".

 


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